LA VIDA SIN PRISA. TIC-TAC. TIC-TAC...

La vida es un tic-tac que se puede llenar con una redonda, o con dos blancas, o con cuatro... Todo estará bien siempre que sea con algo que merezca la pena y ... sin prisa.

lunes, 2 de diciembre de 2013

En menos de cien palabras. Ética.

No sabía como decírselo. Cien veces se lo había propuesto y otras tantas… Era insoportable. ¿Qué haría ella al enterarse por otros? Su deber era hacerlo, pero no estaba preparado para asumir las consecuencias. Callar no era apropiado, pero bien mirado, no perjudicaba a nadie. Lo que sí le haría daño a ella, era el que él se lo ocultase. ¿Es necesario que el enfermo conozca el alcance de su enfermedad? Si hubiese querido saberlo, ella misma lo hubiese preguntado. Pero nunca lo hizo. Entonces lo vio claro, ¿Quién coño te crees que eres? ¡No pienses tanto en ti mismo!

viernes, 1 de noviembre de 2013

En menos de cien palabras. La muerte lleva levita.

Se acercó al féretro sin ninguna gana. El rumor del coro de plañideras le molestaba más que el intenso olor de las coronas. Al abrir la tapa y comprobar que, efectivamente, estaba vacío, lo cerró con cierta brusquedad. Las miradas de reprobación de todos los dolientes le resbalaron por la desgastada Levita. Cerró la cortinilla. Volvió por sus pasos, regresando al poco con una especie de camilla sobre la que descansaba un cuerpo amortajado con una sábana. Levantó la tapa y, con aire insolente, volcó la carga. Descorrió la cortinilla mientras pensaba que siempre tenía que encargarse de todo.

miércoles, 30 de octubre de 2013

En menos de cien palabras. Ciencia vs creencia

No soy nada menos que un hombre. Pero nada más que un descendiente de una bacteria. Y además, pariente cercano de una rata. Por más que quiera disimular, no me sirve de nada- lo llevo escrito en el ADN. Esta es la idea principal que saqué ayer de la primera clase de Biología. Como es natural, llegué hundido y me desplomé en el sofá. Me llené el vaso hasta arriba y lo apuré de un trago. La resaca me dura un día después de darme cuenta de que eso de "el rey de la creación" se referirá a otro.

lunes, 21 de octubre de 2013

En menos de cien palabras. Mal tiempo.

Hacía mal tiempo. Los cristales empañados no dejaban ver la puerta del restaurante. Tocó el hierro en el bolsillo y sintió un escalofrío que le hizo ponerse el pasamontañas. El conductor le dio un codazo. De dos zancadas se colocó frente al tipo de la gabardina. Con decisión, vació el cargador a quemarropa. Mirando de reojo, regresó al coche con paso firme. Se bajó la ventanilla y la ráfaga le abatió sin que pudiese llegar a oír el insulto. En la calle desierta yacían dos cuerpos sobre charcos de agua y sangre. Chirriaron las ruedas. Continuaba el mal tiempo.

lunes, 14 de octubre de 2013

En menos de cien palabras. ¿Te ha pasado a tí?

Tuve mucho coraje. Apreté los dientes al darme cuenta de la situación. Reprimí las lágrimas que se empeñaban en salir a borbotones. Tomé una firme decisión. Planeé los detalles minuciosamente porque no quería cargar con las consecuencias. Llevé a cabo el plan con precisión, sin mirar atrás y sin importarme nada. Lo único importante era mi intestino. Disculpe señor, siéntese aquí, si quiere, que yo me bajo en seguida. Justo décimas de segundo antes de que parase el metro en la estación. Puerta abierta y en el andén a salvo de aquel olor. Y sin retortijones. Y sin remordimientos.

viernes, 4 de octubre de 2013

En menos de cien palabras. Érase una vez (Antinatural)

Érase una vez una mamá de ojillos chispeantes que vigilaba con temor los inseguros pasos de su hijito paralítico. Acompañó, con ternura, a su hijo al altar. Más tarde, ilusionada, al bautizo de su primer hijo. Con angustia y entereza, lo veló en las interminables noches de la lenta recuperación de su larga enfermedad. Años después, con sacrificio y paciencia, volvió a acogerlo en su casa, tras el doloroso divorcio. Y, ahora, con la mirada perdida por primera vez en su larga vida, echa un puñado de tierra húmeda de lágrimas sobre el ataúd de su hijito.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Intereses comunes. Objetivos compartidos.

Ha llamado mi atención, poniéndome las orejas tiesas, la coincidencia en los argumentos que, respecto a la designación de Madrid como sede para las Olimpiadas de 2020, dan unos y otros. Coloco mis orejillas: hacia la derecha y escucho prácticamente lo mismo que si lo hago hacia la izquierda. Eso sí, con leves diferencias de matiz. Si, en un intento desesperado de conseguir más criterio, husmeo, olfateo, devoro información en prensa y radio, entre los afines y los afines a los otros y… Casi lo mismo: consenso en lo importante que sería para todos el conseguirlo. Pregunto a mi oráculo y casi me dice lo mismo. La duda me la despeja Maribel. Lo único que a ella le parece mal de ser sede olímpica es la cara de satisfacción que se le va a poner a la señora Botella. Estoy de acuerdo, cariño. Moraleja: si en todo consiguiésemos llegar a acuerdos, otro gallo… Reflexión final de mi oráculo: Es fácil llegar a acuerdos y consensuar objetivos si los intereses son comunes. Me quedo con la siguiente duda: ¿Serán mis intereses los mismos que los de la clase política, mediática y oligopólica?

jueves, 5 de septiembre de 2013

Trigésimo séptimo aniversario

Efectivamente, hoy se cumple ese aniversario de boda. De nuestra boda. No quería dejar pasar la fecha sin darle cierta relevancia. No sé bien por qué, pero no quiero dejar de celebrarlo. Hay que celebrar que aún tenemos ilusión por hacer cosas juntos. Por hacer planes juntos. Han sido varias personas las que, medio en broma, medio en serio, han preguntado cuál es la fórmula para durar tanto juntos. Creo que, en nuestro caso, una de las claves ha sido el hacer muchas cosas juntos y muchas cosas por separado. Hemos tenido la suerte de mantener cada uno nuestra pequeña parcela reservada. Nuestro pequeño margen de maniobra. Nuestras amistades y aficiones individuales. Sin que ello haya mermado el tiempo que nos hemos dedicado la una al otro. Y suerte, mucha suerte. Esa suerte que es necesaria para todo. No le llames suerte, llámalo como quieras. En definitiva ese ingrediente que hace que las cosas salgan bien aunque tú no lo hayas hecho tan bien. Aunque, digo yo que algo habremos hecho bien. Me pongo a pensarlo y no se me ocurre nada extraordinario. Puede que haya sido el ir tomando las cosas, buenas y malas, que nos han sucedido de la única forma en que hay que tomarlas: al mal tiempo buena cara y al bueno, mejor cara. Aceptación y disfrute. Tesón y ganas. Resistencia y empeño. Maribel, quiero seguir luchando contigo. Quiero seguir queriéndote. Quiero que me quieras.

sábado, 10 de agosto de 2013

Sensaciones cotidianas.

Nada más comenzar, la sensación predominante es la de pesadez en las piernas, incluso dolor. Entran dudas de si hoy será también un buen día. Enseguida, menos mal, comienzo a percibir estímulos externos y dejo de pensar hacia dentro y de escucharme el cuerpo. Los balidos de los corderos de Nino y el lejano ladrido de sus perros, indican que el cruce está cerca. La tensión en las piernas me recuerda el inicio de la cuesta que se avecina. Son apenas perceptibles los aromas de campo, pero, si te fijas bien, los llegas a oler. El corazón se acelera lo suficiente como para notarlo, en ese momento, afloja la tensión en los pedales y se me tensa el cuerpo. Reconozco estas sensaciones como el preludio del esfuerzo considerable que nos espera. Efectivamente, es la cuesta de Pueblica con toda su dureza, corta pero intensa. La llegada al alto y el respiro en el desnivel, me permiten percibir el aire fresco de las mañanas de agosto en Friera. Y lo agradezco con ansia. Me lo respiro todo y vuelvo a notar el olor a campo. Es una bendición ese frescor y ese olor que unidos a la suavidad del relieve de este tramo, me permiten volver a abrir los oídos a los cantos de los pájaros que se esfuerzan en sonora competición. Este rato dura lo suficiente como para hacerme fijar la atención en un ronroneo lejano de motor, que imagino de un tractor con empacadora que anda laborando no demasiado lejos. El cuerpo se me lanza hacia delante en las primeras rampas de la cuesta de descenso. Ahora voy a cobrar lo que antes pagué en la subida. La violenta bajada con el aire en la cara y el cuerpo en ovillo, me gusta mucho, pero dura poco la sensación de velocidad. No importa porque, inmediatamente, el rumor del viento en las hojas de los chopos y el gorjeo de los pájaros de las alamedas, me producen otra agradable sensación. Ahora huele a abono fresco, que, aunque no es un olor agradable, a mí, no me molesta en exceso. El eco del tándem en las paredes, me da a intender que acabamos de entrar en el pueblo. El sonido y el tironcillo del cambio, me indican que mi capitán está tomando precauciones por si tenemos que echar pie a tierra. Pero eso no va a ocurrir hasta tres horas y sesenta kilómetros después. Pero esta es otra historia que, si tengo ganas, contaré otro día. Hoy era para haceros partícipes de algunas de mis sensaciones cuando pedaleo por las carreteras frieranas, que este mes de agosto, hasta ahora, es a diario.

jueves, 8 de agosto de 2013

Haciendo kilómetros.

Haciendo kilómetros. Este verano estoy teniendo suerte en lo que se refiere a la cosa del pedaleo. Porque pedalear, pedaleo unas tres horas al día. No sé si es eso lo que quiero hacer, pero es lo que hago. Todo esto es por aprovechar que tengo quien haga de capitán en el tándem. Es algo parecido a lo que denuncia el conocido refrán, que dice eso de: "La del pobre, reventar antes que sobre". Espero no reventar, pero estoy decidido a que no sobre nada de lo que tan generosamente, me ofrecen mis capitanes. Y tampoco voy a dejar de poner empeño en el pedaleo diario, aunque me duelan las piernas como me duelen ahora. Que ya lo dice mi amigo Rambo: "si no hay dolor, no hay gloria". Y mira que me digo todos los días al empezar que no voy a poner demasiado empeño. Pues nada, que lo pongo. Y venga doler las piernas. Y cuanto más duelen, más gozo. ? Seré masoca? Por favor, dímelo tú. ¿Lo soy?

lunes, 5 de agosto de 2013

La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar.

Cuando leí esta frase me di cuenta de que me viene al pelo. Párate a leerla despacio: La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar. ¿Tengo algo que hacer? Lo tengo, pero ahora puedo elegir un poco más y no es fácil ejercer la libertad si no se está educado para ello. ¡Bendito problema! El de tener que elegir. ¿Tengo alguien a quien amar? Sí, lo tengo. ¡Menos mal! Otra cosa será el saber hacerlo. Que no es fácil, no. ¿Tengo alguna cosa que esperar? Este es el quiz. Este es el problema. Trataré de explicarlo. A estas alturas de la vida, parecería que lo que se puede esperar es ir llenando los años de vida, una buena vida, con actividades placenteras, asequibles, sanas, socialmente productivas. Para que llenen de sentido los años de vida. Pues resulta que algunas personas en esta circunstancias piensan de la siguiente manera. ¡Pues vaya mierda! Me siento estafado por la vida. Porque resulta que cuando parece que ya eres dueño de lo que hacer, resulta que no hay nada que hacer más que esperar a no aburrirte mucho Doy gracias a la vida porque a mí no me pase eso. Siempre tengo las tres cosas. Espero y deseo que tú también las tengas.

viernes, 2 de agosto de 2013

Las cerezas de Clodomiro.

Ya he hablado de él. Clodomiro es ese buen hombre que se pasea a diario por el camino de Pueblica rumiando su desconsuelo. Lamentándose del deterioro que produce el paso del tiempo. Se lamenta sin palabras. Se lamenta ofreciéndose a acompañarte hasta el punto del camino en el que puede indicarte como llegar hasta aquel cerezo, cargado de deliciosas cerezas, que serán pasto de los tordos, porque a nadie le interesa recogerlas. Se lamenta ofreciéndote que, si quieres, vayas tú y recojas las que quieras, que te aproveches de lo que él no se puede aprovechar. Su verdadero lamento es que nadie de los suyos se interese por lo que hasta ahora ha sido algo importante en su vida. Creo haber entendido su lamento. Por eso, he ido a comer sus cerezas. Por eso, al volver a encontrarlo en el camino de Pueblica, le he dicho que me habían gustado mucho, que eran muy dulces. Y es verdad que estaban buenas, que eran un verdadero regalo. El mejor regalo, sin duda, ha sido que me haya permitido interesarme por él.

jueves, 1 de agosto de 2013

Los señores del dinero.

Creo que la ocasión merece la pena. Por eso me he decidido a romper este silencio de siete meses que he mantenido en el blog. Antes de continuar, una mínima explicación: efectivamente, la aventura americana me dejo tocadillo. Y punto. El caso es que creo que la mala leche que se me ha puesto esta mañana, con motivo de la comparecencia del presidente Rajoy, obligado por la presión social. Mejor dicho, por las ganas de esconder el plumero que, escandalosamente, se le estaba viendo. La mala leche, digo, me ha llegado al teclado braille. A consecuencia de ello, lo he visto claro. Y os lo voy a explicar: El señor ese de los dineros se ha dedicado a sisar de las donaciones ilegales. Y, si la sisa es de la cuantía que se maneja, cõmo será la cuantía total. Me parece imposible que los máximos responsables no estuviesen al tanto de las actividades del señor de los dineros. Y también creo que los dineros han ido a los bolsillos de algunos de los mandamases, como sobresueldos, o como se les quiera llamar. Parte de los dineros se han empleado en financiar las actividades del partido: campañas, contratación de personal, préstamos a afiliados o simpatizantes, etc. Y otra parte, posiblemente la mayor, debe estar oculta en el paraíso de los señores del dinero. Por último, también creo que los otros señores del dinero, los que han hecho las donaciones, son los que van a marcharse de rositas de este asunto. Eso, eso es lo que me pone de mala leche: que los corruptores se rían de nosotros en nuestras propias narices. Aunque estoy seguro que aún quedan ingenuos que hayan comprado la versión que fue a dar al Senado, el señor presidente. "Me he equivocado y no volverá a ocurrir”.

martes, 1 de enero de 2013

Año nuevo: balance y propósitos. Como siempre, como todos.

Todos lo hacen, yo también. En el año de la profundización de la crisis, de la subida de la justificada indignación, del descontento, yo continúo haciendo una valoración positiva en lo personal. Ha sido positiva la manera de afrontar las circunstancias por parte de nuestros hijos: Isa hace por sí misma, por su autoestima, hace, digo, lo que debe, esforzarse. Jóse, por su parte, lucha también desde su ámbito. No daré detalles porque lo importante es que su esfuerzo, además de servirle a ellos, me sirve a mí como inspiración, al mismo tiempo que me llena de orgullo. Me sirve para saber que hemos hecho las cosas bastante bien. ¡Ánimo, campeones! En lo que se refiere a los logros personales en la rehabilitación, estoy también bastante satisfecho: He mordido la manzana de Apple con el iphone, me manejo bastante bien con él y me resulta de gran ayuda. Nos hemos convertido en estudiantes universitarios con carné y todo. Hemos hecho los suficientes viajes y excursiones con la compañía de buenos amigos, como para seguir comprobando lo afortunados que somos en este campo. Y también que en casita se está divinamente. Todos los pasos para la incorporación a nuestras vidas de un perro guía están dados. Como se verá, y según dice mi tutor Pedro Pablo, voy muy deprisa… Creo que esto es bueno. Continúo con el cuidado del peso y la práctica de ejercicio. La familia se sostiene y vamos resolviendo a medida que van surgiendo los asuntos de los que hay que ocuparse. Todo bien menos lo de aprender inglés… Pero, si todo va aceptablemente bien, ¿POR QUÉ ME HE LEVANTADO HOY DÍA UNO DE ENERO CON LA SENSACIÓN DE QUE SIGO SIENDO UN “CALAMIDAD”? Quizás sea porque lo soy. Pero esto también es bueno, saber que mis MISERIAS CONTINÚAN CONMIGO, ME HACEN SER MENOS AUTOCOMPLACIENTE DE LO QUE LÍNEAS ARRIBA PAREZCO. Espero que, además, esto, el ser consciente de lo que soy en realidad, aunque no lo escriba ni lo verbalice, me mantenga en guardia, por mi bien y por el de los míos. ¡Gracias, Maribel, muchas gracias! ¡Feliz año para todos, amiguitos!