LA VIDA SIN PRISA. TIC-TAC. TIC-TAC...

La vida es un tic-tac que se puede llenar con una redonda, o con dos blancas, o con cuatro... Todo estará bien siempre que sea con algo que merezca la pena y ... sin prisa.

domingo, 3 de mayo de 2015

Altruismo.

“Este pequeño trabajo está destinado a dar mi respuesta personal a la pregunta siguiente: ¿Realmente ayudamos a otros cuando ayudamos? (Motivación y explicación del altruismo) Para centrarme en una definición de altruismo voy a considerar la que lo entiende como “sacrificio personal por el beneficio de otros”. Voy a basar la respuesta que daré al final en mis experiencias. Distinguiré dos vertientes de mis experiencias. a) Yo como sujeto del altruismo de otros. b) Yo como persona altruista. a) Por una parte, resulta que, por mi condición de persona con ceguera que está en contacto con otros por la calle y en actividades varias, me encuentro en muchas situaciones en las que soy objeto de ayuda desinteresada para orientarme o facilitarme la movilidad. En algunos casos, hay personas, que, sin yo necesitarla en ese momento, deciden prestarme su ayuda y lo hacen torpemente y sin preguntarme antes y procurándome problemas que yo no tenía en mi orientación o movilidad. Ello me produce al menos dos “daños colaterales”. Por un lado, se colocan en una situación de superioridad que puede hacerme flojear la autoestima. Por otro, cuando les “dejo desairados” rechazando con firmeza su torpe y seguramente bienintencionada ayuda, me crean remordimientos por lo malhumorado que, en ocasiones me manifiesto contribuyendo a esa mala fama de que los ciegos tienen mal genio. Podría ilustrar esto con infinidad de anécdotas que contadas a toro pasado, pueden resultar hasta graciosas, pero que en el momento de vivirlas, me suelen provocar angustia. En otras muchas ocasiones he sido ayudado más o menos hábilmente, pero de forma respetuosa y atendiendo a mis indicaciones de cómo hacerlo o, simplemente, respondiendo a mis preguntas u ofreciéndose a lo que fuese necesario. Para sentirme ayudado de verdad, tienen que cumplirse dos requisitos. Que necesite la ayuda y que esta sea adecuada. En algunas ocasiones, en las que no se dan ambos, soy yo quien ayuda al otro aceptando su ayuda de forma altruista. Paradojas de la vida. b) Pensando en aquellas actuaciones que a lo largo de mi vida he llevado a cabo con la finalidad de que otros obtuviesen un beneficio, sacrificándome yo y no dando muchas explicaciones por pudor, podría clasificarlas en dos grandes grupos: El primer grupo, lo integran las que han sido verdaderamente desinteresadas y además han producido beneficio a los otros con inversión de mi tiempo y mi esfuerzo.(Aquí he de confesar que me he llevado el gran beneficio de sentirme bien conmigo mismo y esto es impagable y además esperaba que fuese así. Egoísta en el fondo) Si hubiera grados en esto del altruismo, diría que las “más altruistas” son las que he realizado a beneficio de mis familiares directos. El segundo grupo lo forman las otras en las que, bajo la apariencia de ayudar altruistamente, esperaba alguna recompensa. (Ahora sí, el egoísmo) Creo que, ahora puedo dar una respuesta a la pregunta inicial. No siempre y no todas las personas. Aquellas personas que se acercan más al cien por ciento en el grado de altruismo son las que más admiración pueden despertar en los que no somos así. “ Este texto entrecomillado es lo que voy a presentar como trabajo final de la asignatura Psicología de la vida cotidiana, correspondiente a los estudios del programa PUMA que este año termino G. A. D. Se trataba de dar respuesta en un folio a una pregunta a escoger entre ocho posibles. Si me animo iré respondiendo a las otras siete. Puede ser interesante.