LA VIDA SIN PRISA. TIC-TAC. TIC-TAC...

La vida es un tic-tac que se puede llenar con una redonda, o con dos blancas, o con cuatro... Todo estará bien siempre que sea con algo que merezca la pena y ... sin prisa.

sábado, 10 de agosto de 2013

Sensaciones cotidianas.

Nada más comenzar, la sensación predominante es la de pesadez en las piernas, incluso dolor. Entran dudas de si hoy será también un buen día. Enseguida, menos mal, comienzo a percibir estímulos externos y dejo de pensar hacia dentro y de escucharme el cuerpo. Los balidos de los corderos de Nino y el lejano ladrido de sus perros, indican que el cruce está cerca. La tensión en las piernas me recuerda el inicio de la cuesta que se avecina. Son apenas perceptibles los aromas de campo, pero, si te fijas bien, los llegas a oler. El corazón se acelera lo suficiente como para notarlo, en ese momento, afloja la tensión en los pedales y se me tensa el cuerpo. Reconozco estas sensaciones como el preludio del esfuerzo considerable que nos espera. Efectivamente, es la cuesta de Pueblica con toda su dureza, corta pero intensa. La llegada al alto y el respiro en el desnivel, me permiten percibir el aire fresco de las mañanas de agosto en Friera. Y lo agradezco con ansia. Me lo respiro todo y vuelvo a notar el olor a campo. Es una bendición ese frescor y ese olor que unidos a la suavidad del relieve de este tramo, me permiten volver a abrir los oídos a los cantos de los pájaros que se esfuerzan en sonora competición. Este rato dura lo suficiente como para hacerme fijar la atención en un ronroneo lejano de motor, que imagino de un tractor con empacadora que anda laborando no demasiado lejos. El cuerpo se me lanza hacia delante en las primeras rampas de la cuesta de descenso. Ahora voy a cobrar lo que antes pagué en la subida. La violenta bajada con el aire en la cara y el cuerpo en ovillo, me gusta mucho, pero dura poco la sensación de velocidad. No importa porque, inmediatamente, el rumor del viento en las hojas de los chopos y el gorjeo de los pájaros de las alamedas, me producen otra agradable sensación. Ahora huele a abono fresco, que, aunque no es un olor agradable, a mí, no me molesta en exceso. El eco del tándem en las paredes, me da a intender que acabamos de entrar en el pueblo. El sonido y el tironcillo del cambio, me indican que mi capitán está tomando precauciones por si tenemos que echar pie a tierra. Pero eso no va a ocurrir hasta tres horas y sesenta kilómetros después. Pero esta es otra historia que, si tengo ganas, contaré otro día. Hoy era para haceros partícipes de algunas de mis sensaciones cuando pedaleo por las carreteras frieranas, que este mes de agosto, hasta ahora, es a diario.

jueves, 8 de agosto de 2013

Haciendo kilómetros.

Haciendo kilómetros. Este verano estoy teniendo suerte en lo que se refiere a la cosa del pedaleo. Porque pedalear, pedaleo unas tres horas al día. No sé si es eso lo que quiero hacer, pero es lo que hago. Todo esto es por aprovechar que tengo quien haga de capitán en el tándem. Es algo parecido a lo que denuncia el conocido refrán, que dice eso de: "La del pobre, reventar antes que sobre". Espero no reventar, pero estoy decidido a que no sobre nada de lo que tan generosamente, me ofrecen mis capitanes. Y tampoco voy a dejar de poner empeño en el pedaleo diario, aunque me duelan las piernas como me duelen ahora. Que ya lo dice mi amigo Rambo: "si no hay dolor, no hay gloria". Y mira que me digo todos los días al empezar que no voy a poner demasiado empeño. Pues nada, que lo pongo. Y venga doler las piernas. Y cuanto más duelen, más gozo. ? Seré masoca? Por favor, dímelo tú. ¿Lo soy?

lunes, 5 de agosto de 2013

La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar.

Cuando leí esta frase me di cuenta de que me viene al pelo. Párate a leerla despacio: La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar. ¿Tengo algo que hacer? Lo tengo, pero ahora puedo elegir un poco más y no es fácil ejercer la libertad si no se está educado para ello. ¡Bendito problema! El de tener que elegir. ¿Tengo alguien a quien amar? Sí, lo tengo. ¡Menos mal! Otra cosa será el saber hacerlo. Que no es fácil, no. ¿Tengo alguna cosa que esperar? Este es el quiz. Este es el problema. Trataré de explicarlo. A estas alturas de la vida, parecería que lo que se puede esperar es ir llenando los años de vida, una buena vida, con actividades placenteras, asequibles, sanas, socialmente productivas. Para que llenen de sentido los años de vida. Pues resulta que algunas personas en esta circunstancias piensan de la siguiente manera. ¡Pues vaya mierda! Me siento estafado por la vida. Porque resulta que cuando parece que ya eres dueño de lo que hacer, resulta que no hay nada que hacer más que esperar a no aburrirte mucho Doy gracias a la vida porque a mí no me pase eso. Siempre tengo las tres cosas. Espero y deseo que tú también las tengas.

viernes, 2 de agosto de 2013

Las cerezas de Clodomiro.

Ya he hablado de él. Clodomiro es ese buen hombre que se pasea a diario por el camino de Pueblica rumiando su desconsuelo. Lamentándose del deterioro que produce el paso del tiempo. Se lamenta sin palabras. Se lamenta ofreciéndose a acompañarte hasta el punto del camino en el que puede indicarte como llegar hasta aquel cerezo, cargado de deliciosas cerezas, que serán pasto de los tordos, porque a nadie le interesa recogerlas. Se lamenta ofreciéndote que, si quieres, vayas tú y recojas las que quieras, que te aproveches de lo que él no se puede aprovechar. Su verdadero lamento es que nadie de los suyos se interese por lo que hasta ahora ha sido algo importante en su vida. Creo haber entendido su lamento. Por eso, he ido a comer sus cerezas. Por eso, al volver a encontrarlo en el camino de Pueblica, le he dicho que me habían gustado mucho, que eran muy dulces. Y es verdad que estaban buenas, que eran un verdadero regalo. El mejor regalo, sin duda, ha sido que me haya permitido interesarme por él.

jueves, 1 de agosto de 2013

Los señores del dinero.

Creo que la ocasión merece la pena. Por eso me he decidido a romper este silencio de siete meses que he mantenido en el blog. Antes de continuar, una mínima explicación: efectivamente, la aventura americana me dejo tocadillo. Y punto. El caso es que creo que la mala leche que se me ha puesto esta mañana, con motivo de la comparecencia del presidente Rajoy, obligado por la presión social. Mejor dicho, por las ganas de esconder el plumero que, escandalosamente, se le estaba viendo. La mala leche, digo, me ha llegado al teclado braille. A consecuencia de ello, lo he visto claro. Y os lo voy a explicar: El señor ese de los dineros se ha dedicado a sisar de las donaciones ilegales. Y, si la sisa es de la cuantía que se maneja, cõmo será la cuantía total. Me parece imposible que los máximos responsables no estuviesen al tanto de las actividades del señor de los dineros. Y también creo que los dineros han ido a los bolsillos de algunos de los mandamases, como sobresueldos, o como se les quiera llamar. Parte de los dineros se han empleado en financiar las actividades del partido: campañas, contratación de personal, préstamos a afiliados o simpatizantes, etc. Y otra parte, posiblemente la mayor, debe estar oculta en el paraíso de los señores del dinero. Por último, también creo que los otros señores del dinero, los que han hecho las donaciones, son los que van a marcharse de rositas de este asunto. Eso, eso es lo que me pone de mala leche: que los corruptores se rían de nosotros en nuestras propias narices. Aunque estoy seguro que aún quedan ingenuos que hayan comprado la versión que fue a dar al Senado, el señor presidente. "Me he equivocado y no volverá a ocurrir”.