A veces me despiertas cuando te mueves. Algunas de esas veces, cuando hace frío, te siento acurrucada junto a mí y sé lo que estás pensando: "¡Qué suerte tengo!".
Me gustaría que fuese por mi presencia, pero no es así. Tu pensamiento está bajo un puente, en un bulto cubierto de cartones. Sé que quisieras remediar la injusticia y traerte el bulto a casa.
Te quiero por las dos cosas.
Porque te quiero, a pesar del frío que hace voy a coger la receta. Luego iré a la farmacia y te traeré tu medicina.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Esos bultos remueven mi conciencia.
ResponderEliminar