lunes, 21 de octubre de 2013
En menos de cien palabras. Mal tiempo.
Hacía mal tiempo.
Los cristales empañados no dejaban ver la puerta del restaurante.
Tocó el hierro en el bolsillo y sintió un escalofrío que le hizo ponerse el pasamontañas.
El conductor le dio un codazo.
De dos zancadas se colocó frente al tipo de la gabardina.
Con decisión, vació el cargador a quemarropa.
Mirando de reojo, regresó al coche con paso firme.
Se bajó la ventanilla y la ráfaga le abatió sin que pudiese llegar a oír el insulto.
En la calle desierta yacían dos cuerpos sobre charcos de agua y sangre.
Chirriaron las ruedas.
Continuaba el mal tiempo.
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