lunes, 14 de octubre de 2013
En menos de cien palabras. ¿Te ha pasado a tí?
Tuve mucho coraje. Apreté los dientes al darme cuenta de la situación. Reprimí las lágrimas que se empeñaban en salir a borbotones. Tomé una firme decisión. Planeé los detalles minuciosamente porque no quería cargar con las consecuencias. Llevé a cabo el plan con precisión, sin mirar atrás y sin importarme nada. Lo único importante era mi intestino.
Disculpe señor, siéntese aquí, si quiere, que yo me bajo en seguida.
Justo décimas de segundo antes de que parase el metro en la estación.
Puerta abierta y en el andén a salvo de aquel olor.
Y sin retortijones.
Y sin remordimientos.
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