LA VIDA SIN PRISA. TIC-TAC. TIC-TAC...

La vida es un tic-tac que se puede llenar con una redonda, o con dos blancas, o con cuatro... Todo estará bien siempre que sea con algo que merezca la pena y ... sin prisa.

miércoles, 29 de febrero de 2012

El libro gordo de los mitos, verdades absolutas y creencias personales.

Esto que viene a continuación es la hoja número cincuenta y nueve de mi libro gordo.
Cada individuo, al nacer, viene equipado de serie de un libro en el que vienen escritas algunas páginas y otras están disponibles para ser convenientemente escritas durante su vida. Este libro es el manual de uso de cada uno de nosotros y a la vez el sistema operativo que administra el funcionamiento y lo hace posible.
Es el libro gordo de los mitos, verdades absolutas y creencias personales.
Un mito (del griego μῦθος, mythos, «relato», «cuento») es un relato que refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos.
Una creencia es el estado de la mente en el que un individuo tiene como verdadero el conocimiento o la experiencia que tiene acerca de un suceso o cosa
El significado de la palabra verdad abarca desde la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general, hasta el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como realidades.
Las hojas que vienen escritas de fábrica y las que nos van rellenando con la educación tienen distinto contenido en función de las circunstancias espacio – temporales en las que se produce el nacimiento y la crianza posterior.
Depende, así mismo de los grandes libros de los mitos de las verdades reveladas por el Dios de turno, convenientemente interpretado por la autoridad religiosa, civil o militar. O por lo que convenga al mandamasero de turno. O a la fecha de las Próximas elecciones autonómicas, cantonales o sindicales. Esas son las verdades absolutas que se nos cuelan por la respiración del aire contaminado sin que tengamos tiempo de filtrarlas.
El contenido de otras partes del libro, depende de lo que el individuo vaya escribiendo en él a lo largo de la vida, en función de lo que se ocupe, o de lo que lea, o de las compañías que frecuente. También forma parte del contenido las páginas que nos obligan a escribir las circunstancias que nos sobrevienen.
Todo lo que figura en el libro de una persona, tiene trascendencia para su vida y la de los que le rodean.
No todos los libros de las personas que conviven dicen las mismas cosas sobre una realidad concreta.
Conozco una familia en la que el libro de la mamá dice que no se puede faltar a misa de domingo, el del hijo dice que sólo son cómodos los zapatos deportivos, o sea que “pasa” y el del papá no tiene aún escrita ni una sola página en ese capítulo, porque “qué más da que haya Dios o no lo haya”. Y cada uno de los tres fue capaz de tomar la comunión en el funeral de la abuela.
Por motivos profesionales, he conocido colegios en los que su reglamento prohibía determinadas prácticas, mientras que en el de al lado, esas mismas prácticas eran obligatorias. Y los dos funcionaban bastante adecuadamente. Sin embargo los hay que diciendo las mismas cosas, son completamente dispares en los resultados que alcanzan.
En algunos países, la mayoría de sus nativos llevan impresas algunas verdades como que los saltamontes se comen. En otros lugares se puede leer que el contacto, aunque sea solo visual con una mujer es degradante y causa de todo mal. En otros decía que Santiago mató no sé cuantos moros en la batalla de Clavijo. Algunos aún llevan impreso un texto que legitima la esclavitud. En alguno de esos países se puede ir a la cárcel por hacer algo que en otro es obligatorio. Y viceversa. Sin embargo, en mi libro, figura todo lo contrario: lo que se come son las gambas, no hay nada de intrinsecamente malo en las mujeres, la esclavitud no es admisible moralmente y ni siquiera hubo tal batalla en Clavijo. .

Quitar una hoja del libro es muy difícil para el interesado, abandonar una creencia sólidamente arraigada en él resulta, a menudo una experiencia traumática. A no ser que se empeñe en ello la tele.
En mi libro no había nada escrito sobre el aceite de oliva hasta que se empeñaron en la tele en que era mejor el de girasol. Yo que, hasta entonces era virgen en el tema, escribí como creencia lo que se me decía. Ahora, que la teoría oficial es otra, aún ando buscando argumentos para no tener que arrancar esa hoja. No porque ahora crea que el aceite de oliva sea bueno, que lo creo, si no, porque si arranco esa hoja, me llevo con lo del girasol otras creencias sobre la salud y la alimentación que aún me pueden servir.
Resulta que el número de páginas es el que es. Además, la tinta es indeleble y la única manera de quitar la idea es arrancar la hoja entera.
El riesgo que se corre es el de acabar arrancando muchas hojas y convertirse en un tipo sin solidez en los principios. El escepticismo absoluto es igual de nocivo que la credulidad compulsiva.
Con el tema de los sindicatos llevo ya gastadas dos hojas; en la primera que escribí, decía que eran algo por lo que luchar; la rompí junto con el carné, pero cometí la torpeza de escribir en una nueva lo de pesebreros, vendidos y demás; y ahora, cuando oigo en bocas podridas de auténticos vendidos los mismos argumentos, estoy a punto de gastarme otra hoja.
Otra hoja que he arrancado a lo tonto es la que hacía referencia al número de horas que era preciso guardar para hacer la digestión, previamente a bañarse.
Sin embargo la hoja donde se decía que yo debía confesar mis pecados, no me supuso ningún problema cuando decidí arrancarla
Lo que ocurre es que en una hoja caben varios mitos, verdades y creencias sobre el mismo tema, por lo tanto, cuando arrancas una hoja, sueles llevarte con ella algo aprovechable, pero este juego es así.
El día que arranqué la hoja dónde figuraba la creencia de que todos los curas eran buenos, me llevé por delante toda la Iglesia. Menos mal que lo de que debemos tratar de ser buenas personas estaba en otra hoja de las que aún conservo, Lo digo porque conozco alguno que tenía eso escrito en la misma hoja de lo de la confesión y al arrancarla, se quedó sin referente.
Cuando se trata de escribir alguna, cada vez soy más mirado. No sea que la tenga que arrancar.
Yo calculo que mi libro debía tener unas mil páginas. De las cuales, estaban escritas desde el origen más o menos la mitad. De las que quedaban limpias, habré rellenado no menos de cuatrocientas cincuenta, o así.
Como he arrancado unas cuatrocientas noventa de las que venían de serie y otras cuatrocientas de las que he ido rellenando con el tiempo, haciendo la cuenta por encima, debe quedarme un saldo de sesenta páginas en buen uso para ser consultadas y todavía algunas para escribir.
Teniendo en cuenta el número de años que tengo y el consumo de verdades y creencias que es necesario manejar para vivir con presencia de ánimo, he pensado que voy a escribir algunas páginas que me van a proporcionar serenidad y bienestar el resto de mi vida, como esta que tienes delante tuyo.
También voy a revisar lo que tengo escrito para desbrozar un poco, porque intuyo que hay algunas páginas, cuyo contenido entra en contradicción con el de otras. Creo que todavía me quedan demasiados mitos y que he anotado como verdades lo que sólo son creencias traídas por los pelos y que, a veces, obro en desacuerdo con la honestidad y la verdad...
Voy a reservar suficientes hojas en blanco para que no se me cierren las entendederas. Eso es lo que ocurre en el momento en el que te quedas sin hojas donde escribir .
Te invito a que tú hagas lo que esté escrito en tu libro, pero vigilando de no llenarlo todo.
Ese es el secreto, obrar como se piensa, pero no cerrarse la posibilidad de dudar sobre ello.
No como hacen los oportunistas de la vida que van construyendo la realidad según creen que favorece a sus intereses. Compran voluntades, teles, periódicos, púlpitos y tertulias radiofónicas para que se apoderen del contenido de nuestro libro. Reescriben la historia las veces que haga falta para lograr sus intereses y así van escribiendo en nuestro libro gordo de los mitos y las verdades y creencias absolutas lo que les viene bien para medrar
Si por ellos fuera, el libro sólo tendría una hoja, irrompible, imborrable, impresa e imposible de alterar y en ella diría algo así:
El señor tu Dios ha querido que todo ocurra para tu bien.
Tu líder es el elegido por él para ser tu amo y tu guía.
No pienses por ti mismo: pregunta al líder cuando dudes.
Haz lo que el líder diga sin rechistar.
Si notas que la rebeldía se apodera de tu alma, arráncate la vida y ofrécesela al líder.
Si todo esto observas, tu recompensa será vivir eternamente junto a los tuyos, en presencia del líder y rodeados de los placeres que en este mundo están reservados para el líder y los suyos. Si no cumples estos sencillos preceptos, todo tu linaje sufrirá castigo eterno en la otra vida y , en esta tendrás que ganar tu sustento con el sudor de tu frente; a no ser que, arrepentido, entres al servicio del líder para hacer cumplir este santo mandamiento.
Tu líder será….(Póngase aquí el nombre que tu libro gordo señale como tal).

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