LA VIDA SIN PRISA. TIC-TAC. TIC-TAC...

La vida es un tic-tac que se puede llenar con una redonda, o con dos blancas, o con cuatro... Todo estará bien siempre que sea con algo que merezca la pena y ... sin prisa.

domingo, 29 de abril de 2012

¡Adiós, Guardiola!

Con esto del fútbol me pasa lo mismo que con los demás vicios: no tengo medida y no puedo dejarlos.
Sé que es perjudicial social, moral y económicamente. Incluso de dudoso beneficio para la salud física.
Pero es que es tan antiguo. Está tan arraigado.
Los gladiadores de la antigua Roma eran algo así como los Mesi o Ronaldo actuales. Mercenarios reclutados a la fuerza o de buen grado. Que sacaban jugo de la situación y eran utilizados por otros en su propio beneficio.
Era inmoral y lo sigue siendo.
Otros hacen negocio y nos deben dinero vía impago de impuestos y cuotas a la Seguridad Social.
Luego están los que viven de corear o de abuchear con un micrófono en la mano.
Y luego estamos los que disfrutamos cuando gana nuestro equipo.
Ahora que has dicho que te vas, me empiezas a caer mejor. No digo que bien, sólo que mejor.
Cuando te nombró Laporta, y los primeros partidos no se te dieron nada bien, pensé que ibas a durar poco.
Como casi siempre, me equivoqué.
Pero esta vez, no me he equivocado. Porque simplemente no he opinado, ni pronosticado.
¡Pues vaya gracia! Esto del fútbol es eso: opinar y pronosticar. En contra o a favor. Es lo mismo. Lo que hay que hacer es entretenerse y jorobar al contrario.
Y tú si que sabías hacerlo. Jorobar con tus modales de modosito “nuncahematadoniunamosca”
Pero se te estaba viendo el plumero con las casi vacas flacas que se le avecinan al Barça.
Que no quiero decir que seas mejor ni peor que yo. Lo que quiero decir es que se te estaba notando y que tú no estabas a gusto con ello.
Me da mucha lástima verte sufrir y es por eso que me alegro de que hayas decidido no continuar como entrenador del Barça.
Pero por lo que más me alegro es porque he sido yo quien ha descubierto la estrategia que tenías pensada para la despedida. Una despedida que tú sabías cierta desde hace ya bastante tiempo.
La estrategia en cuestión era la de machacar con lo de que era imposible ganar la liga remontando los puntos de diferencia con el Madrid.
Si acertabas, ganabas y si no acertabas, ganabas también.
Nada original, majete. Eso también lo hace Isa cuando, en la porra del bar, apuesta porque pierde el Madrid. Si gana la porra, gana. Si pierde la porra, gana el Madrid y ella tiene algo por lo que alegrarse.
Lo de Mou es otra cosa. Éste lleva el plumero en alto y, no sólo lo enseña, también atiza con él en el ojo del primero que se le cruza malencarado.
- ¡Eh, tú. Me has mirado!

Y es que lo peor que se le puede hacer a Mou es sostenerle la mirada. Salvo si eres Pepe. Ese antes de mirarte te ha sacudido un picotazo de avestruz que ya verás como te sacas el pico sin que se te salga el cerebro detrás.
Y los miles de millones que se embolsan los pajarracos que vuelan en círculos alrededor de la carroña.
¡De dónde sale el dinero de aquel ruso o de aquel jeque o de el indio o de…?
Pues de donde va a salir. De hacer horas extras en las cajas del Carrefour.
Ya no me parece bien que Rato gane 1.5 millones al año, como para que me pueda parecer bien que el jugador 135 de la liga española gane 6 millones de euros al año.
Es todo un despropósito.
Y yo aquí enganchado y con mono. Menos mal que ya queda menos para la Eurocopa.
Soy un yanqui aborreciendo la heroína que me juro a mi mismo que lo voy a dejar.
Pero no puedo. No puedo y, en el fondo, no quiero: ¡Son tan guapos estos mercenarios – gladiadores!
El año que viene lo dejo. Lo juro por Arturo, el de la patronal.

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