LA VIDA SIN PRISA. TIC-TAC. TIC-TAC...

La vida es un tic-tac que se puede llenar con una redonda, o con dos blancas, o con cuatro... Todo estará bien siempre que sea con algo que merezca la pena y ... sin prisa.

domingo, 15 de abril de 2012

El gran elefante.

Puede que a algunos les haya pillado de sorpresa. Confieso que, al principio, a mí también.
No me imaginaba que el Jefe del Estado tuviese ese tipo de vacaciones.
No sé por qué, pero me había parado poco a pensarlo. Supongo que, por mi falta de criterio, había dado por supuesto que una vez acabado el discurso de Navidad, el Rey se dedicaba a preparar el siguiente acto oficial. Y, realizado éste, al siguiente. Y así, sucesivamente, por los siglos de los siglos, amén. Como mucho entre acto y acto, procurar la descendencia que necesitan las instituciones del país. Vamos, a procrear.
Bueno, pues pasados los primeros momentos de incredulidad y asombro, me parece normal. De hecho, la mayor parte de personas de mi entorno hacen lo mismo o, por lo menos, algo parecido.
Recuerdo ahora, a bote pronto, a mi cuñado Lucinio, matamoscas en mano, liberando la cocina de la casa del pueblo de esa semi plaga de dípteros ocupas que, a nada que te descuidas dejando la puerta abierta, ¡zas! Hasta la cocina a ponerlo todo perdido de cagaditas.
Menos mal que son moscas, porque acaba de venírseme al caletre la imagen de Lucinio, matamoscas en mano, apartando las cagadas de los elefantes para llegar hasta ese que se ha posado encima de la mesa y atizarle un palmetazo y dejarlo patidifuso panza arriba y boqueando los últimos estertores.
Que digo yo que a lo mejor tiene razón ese periódico que ha publicado un artículo editorial en el que defiende el derecho del Monarca a disfrutar de vacaciones, como cualquiera, esté cayendo lo que esté cayendo.
Que digo yo que lo que somos es unos envidiosos y que lo que a nosotros nos gustaría es lo que en él criticamos.
Pues sí, soy un envidioso que ya me gustaría a mí.
Porque yo soy de natural ocioso. Ocioso y aprovechado que sé muy bien lo de recomendar austeridad y ser ecologista de boquilla y vivir del trabajo de los demás. Salir de casa con los amiguetes y mandar a la parienta con la familia.
Lo dicho que me parece normal. Lo esperado. Pero me molesta enterarme. Eso es lo
único que le achaco, Porque con estas cosas se me abre el grifo del clorhídrico y la úlcera se me resiente y no está la cosa como para ir a coopagar al médico y tal, y tal, y tal que diría Jesús Gil y Gil, excelente cazador en sus tiempos.
¡Hay que joderse!

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